lunes, 11 de agosto de 2014

Nuestra segunda vez...

Si estas leyendo esto espero hayas leido el primero, donde explico como inició todo con mi hermana, la bonita de pechos grandes. Todo es totalmente cierto, todo es verdad.

Siendo así te contaré el segundo:

A partir de esa noche en la que mi hermana, a propósito o no, dejo que yo viera sus bonitos senos, las cosas empezaron a cambiar. Para empezar, al día siguiente, no le hablé mucho e intentaba ni siquiera mirarla a los ojos porque quizá ella lo hizo inconscientemente, quizá sólo fue que al ser hermanos ella tuvo la confianza de destaparse pensando en que yo reaccionaría indiferente al verlos. No lo sé, algo me decía que su propósito no era el excitarme, de hecho llegué a pensar que lo hacía sin propósito alguno, fue una coincidencia que ella tuviera dolor de senos al estar conmigo y al ser hermanos no pensó que eso me fuera a excitar. Además ella no parecía estar como yo al día siguiente. Mientras yo evitaba hacer contacto con ella, ella parecía estar de lo más normal, hablándome como siempre, ni muy interesada en mi pero tampoco ignorándome. Así habrá pasado quizá una semana, ella normal y yo algo distante.

El fin de semana hubo celebración en mi casa y estaba reunida la familia, que no es muy grande: una tía, sus hijos mayores o sea primos y los hijos de éstos, o sea mis sobrinos. Todos los sobrinos empezaron a jugar a las escondidas y nos invitaron a participar a mi hermana y a mi. Decidimos "jugar" lo pongo entre comillas porque realmente no jugaríamos con el entusiasmo que ellos le ponían al juego. Se debía contar hasta 50 y le tocó contar a un sobrino de unos 6 años de edad. Se podían esconder en cualquier lugar de la casa, pero se debía contar en la litera en la cama de arriba, donde se empezaba el juego.

Él empezó a contar y los niños salieron disparados de la habitación, quedando dentro sólo mi sobrino, mi hermana y yo. Él subido en la cama superior, mi hermana en la cama inferior y yo en un pequeño taburete paralelo a la litera. Frente a mi entonces quedaba mi hermana. Era una noche bastante calurosa, casi como todas aquí, así que mi hermana traía una playera holgada y debajo parecía ser un top, un short pequeño y pegado, yo una playera normal y unas bermudas a la rodilla. Me llamó entonces.

Yo la miré mientras ella daba palmaditas en la cama a su lado izquierdo, invitándome a sentar mientras mi sobrino contaba, él aun iba en el numero 10 o 15. Al sentarme la mire tímidamente, como niño de 10 años que se sienta a lado de la niña que le gusta. Ella me sonrió, en respuesta a mi semblante tímido. Ella lo sabía, ella sabía que yo estaba nervioso, por lo que había pasado la semana pasada y por la ropa que llevaba ahora. Su respuesta a mi timidez fue rápida y directa, tocó mi pierna, algo quizá normal si no fuera porque enseguida la quitó para ponerla en mi entrepierna. Yo no estaba excitado, al menos no aún. Ella me miro con una sonrisa en la cara, no era pícara ni pervertida, tampoco a modo de burla, era una sonrisa linda, de la forma que se sonríen los hermanos. Fue así que me di cuenta, en menos de un segundo lo pensé todo. Lo de la semana pasada no fue sólo confianza, quizá así inició, como una muestra de confianza el sacarse los pechos en mi habitación, pero ella sabía ahora que me había gustado,seguro me vio masajeando mi pene sin darme yo cuenta de que ella veía. Pero ahora, eso ni importaba, ya no estaba ella tocándose a si misma y yo a mi mismo, ella tenía su mano puesta en mi entrepierna, apretando un poco mi pene que aun estaba relajado. Entonces, cada que mi sobrino contaba un número más en voz alta ella movía su mano haciendo que mi pene cada vez se pusiera más y mas duro. Yo no sé porque pero no me atrevía aun a tocarla. En el fondo mi conciencia me decía que eso estaba mal, que ella lo hacía sin querer, que tal vez no se estaba dando cuenta y que si yo la tocaba ella se molestaría y le diría a mis padres, todos esos pensamientos me llegaban en menos de un segundo. Mi sobrino estaba por el número 30, a veinte números de acabar pero yo no quería que terminara. Que tu hermana sexy te esté masturbando no es algo que desees que acabe pronto.

No podía quedarme sin ver esos pechos mientras ella estimulaba mi pene, pero tampoco iba yo a sacarlos, quizá me daría una cachetada. Entonces se me ocurrió: la miré a los ojos primero y ella a mi, entonces voltee a ver sus senos e incliné la cabeza, intentando darle a entender sin palabras que quería verlos. Ella entendió porque bajó su playera holgada y bajó su top, dejando ver sus sostén sin tirantes y marcando lo redondo de sus senos. Mientras yo veía lo redondo de sus senos aunque cubiertos por el sostén, estaba muy excitado y ella frotaba con su mano mi pene erecto debajo de mi bermuda. Pero entonces lo que debía ocurrir, ocurrió. Mi sobrino llegó al 50 y sentí que mi corazón se detenía yo quería seguir así pero ya no podíamos. Entonces sucedió algo que no habría imaginado: mi hermana le dijo a mi sobrino que había contado mal, que contó muy rápido. El corazón se me aceleró de la emoción, ella también quería seguir. Pero pasó de nuevo lo que tenía que pasar... a un niño no le gusta contar ni por juego y obvio no quiso hacerlo de nuevo, él moría por salir corriendo y buscar a los demás.

Entonces él se movió para bajar de la cama y mi hermana se subió el top y la blusa. Que mal, enserio deseaba que no acabara. Tal vez, me cruzó por la mente, podríamos seguir ya que el se saldría y estaría buscando a los demás, pero como si mi hermana me leyera la mente, en cuanto él salió corriendo, me dijo: no se puede, estarán pasando por afuera y si cerramos la puerta quizá entren corriendo, no nos arriesguemos. Me quedé helado, realmente había sucedido y ella estaba consciente, por su comentario se notaba que le gustó. Pero aun dentro de mi algo me decía que eso no se hacía, así que preferí quedarme callado. Ella por unos segundos se quedo mirandome como esperando una respuesta de mi parte pero yo opté por ni siquiera mirarla, solo veía el suelo. Ella se levantó y se salió del cuarto. ¡Lo eché a perder! pensé para mi.

Ya no pude siquiera masturbarme para evitar el dolor de bolas que esa calentada me provocó. Había demasiado en mi cabeza. En lo que más pensaba era en que por no contestar e ignorar hasta su mirada ella se había enojado y jamás volvería a pasar algo parecido. Estaba muy arrepentido por no haberla tocado. Ahora daría lo que fuera por tocarle un pecho.

Pasaron unas horas y la familia se fue. Nuestros padres nos llamaron a ayudar a limpiar la casa después de la reunión. Yo intentaba limpiar en un lugar alejado de donde estaba mi hermana. Me puse paranoico. Pensaba que si me mantenía lejos ella olvidaría lo que hicimos, porque si se acordaba creí que lo diría ahí para que escucharan nuestros padres y me odiaran... no sé, era una locura.

Más noche, ya todos listos para dormir nos despedimos de nuestros padres y subimos para meternos cada quien a nuestra habitación. Yo estaba arreglando mi cama y poniendo a cargar mi celular, cuando mi hermana llamó a mi puerta. Al abrir allí estaba ella parada, esta vez sin la blusa y sin sostén, solo su top color rosa que hacía que se le marcaran los pezones. Aun con el mismo short pero esta vez estaba descalza. Pensé dos cosas: o se cambió para mi o lo hizo para dormir (por estar descalza) pero quizó antes hablar conmigo y ya no se volvió a vestir.

    Hermano, ¿Puedo pasar?
    Ah, sí...
    Oye, quiero hablar contigo... de lo que hemos hecho.

Tragué saliva, pensé que me diría que era un pervertido y que me temía, que quería hablar conmigo para que jamás me le volviera a acercar. Aun así la deje pasar y nos sentamos en mi cama.

    Bueno hermana, dime.
    Quiero pedirte perdón por lo que hemos hecho... -¿quiere pedirme perdón? pensé al escucharla. Yo             debería pedirle perdón. - ...creo que no te gusta que lo haga.
    ¿Por qué crees eso?
    Pues tu no haces mucho, yo he iniciado todo y me haces sentir mal.
    No sabía que pensaras eso... pero pues entiende que esto es demasiado nuevo para mi... además tú             tienes 18 y yo 16.
    Quiero que sepas que para mi esto no está mal hermano, me gusta y creo que al ser hermanos existe la         confianza, yo no me enojaré si esto sigue pasando, si es lo que crees.

Entonces ella volvió a poner su mano en mi pene y esta vez lo movía más rápido. Dolía un poco porque aun no estaba erecto pero no tardó por obvias razones: por su mano en mi pene y por sus senos que se marcaban bajo su top. Ella no paraba de moverlo y yo estaba sintiendo delicioso. De pronto bajó mi cierre y metió su mano por ahí. Ya dentro busco el agujero de mis boxers y entonces lo tomó. El primer contacto directo de su mano y mi pene. Me masturbó un poco de esa manera para finalmente de un jalón sacarlo y dejarme el pene de fuera, apuntando al techo. Yo estaba sorprendido y no sabía que hacer. Ella me masturbaba muy rápido y yo me controlaba para no venirme. Por más que deseara acabar y liberar mi semen, no estaba listo para hacerlo sobre la mano de mi propia hermana, quizá le daría asco.

Ella dejó de hacerlo, pensé que habíamos terminado, pero lo soltó para desabrochar su short y bajar su cierre, para hacer esto ella se levanto de mi cama. Pensé que se lo quitaría, pero así lo dejó. No lo noté hasta entonces, cuando se levanto dándome la espalda, traía el short (que de por si es pequeño) remangado, haciéndolo parecer un calzón de mezclilla. Al sentarse de nuevo tomo mi mano con la suya y me la colocó en su pelvis, yo entendí el mensaje y bajé. Metiendo mi mano en su short pero no en su ropa interior, llegué hasta el clítoris y lo masajee. Ella gemía muy leve como queriendo evitar hacerlo. Con mi pene de nuevo en su mano comenzó a masturbarme. Yo le veía el cuerpo entero: Los senos tapados por su top, su abdomen, su pubis, sus piernas y sus pies. Estaba realmente perdido, recorriendo por minutos su cuerpo sin voltear jamas a ver su cara o a ver hacia otro lado de la habitación.

    Tómame una... foto... duran más. - dijo riendo mi hermana, con la voz algo entrecortada por el placer           que le provocaba yo al tocar su clítoris.
    ¿Q...qué?
    Ja ja ja, es un dicho que se dice cuando te le quedas viendo mucho a una persona. Y a ti se te está               cayendo la baba viendo mi cuerpo.
    Ah... pensé que querías...
    ¿Que me tomaras una foto?... pues no lo dije con esa intención... pero si quieres.
    ¿Hablas... en...enserio?
    S...sí... quie... quier... quieres... aaaaah... pero espera a... que m...me venga.

Habrán pasado segundos y ella ya se estaba retorciendo. Pasó de estar sentada a estar acostada boca arriba pataleando lentamente y con su mano ahora quitando la mía de su pubis. Respiró unos segundos agitada, luego muy calmada y se levantó como esperando algo, yo lo había olvidado.

    ¿No la tomaras?
    ¿Ah?
    La foto. Sí quieres ¿o no?
    Oh, claro. Me levanté y desconecté mi teléfono celular de la corriente. Como dije en el primer relato ella es chaparrita así que le tomé la foto un poco desde arriba. Le pedí que fuera de perfil, ya que me gusto como traía remangado su short y así se notan más sus senos.

(No pondré sus fotos, respeten a la mujer)

En mis planes solo estaba tomarle una, ya que no era normal andarle tomando fotos así a tu hermana.

    Y... ¿ya? ¿con eso te conformas?
    Oh, ¿quieres que te tome mas?
    Pues si tu quieres, por mi no hay problema.
    Bueno... pero...
    ¿Sí?
    Es que hoy no he visto tus... bueno no totalmente...
   — ¿Quieres que me quite el top?
    Mmm si no te molesta...
    A ver, tómame una así:

Entonces ella con ambas manos jaló de su top hacia el frente dejando asomar a penas sus pezones.

La tomé y ahora el que quedó con pose de espera fui yo.

    Quieres aun mas destapada ¿verdad? en verdad quieres una de mis senos... pues está bien.

Ella bajó su top, dejándolo enrollado bajo sus senos. Al tomar esa, note que se veía tímida y apenada.

    No querías que te tomara fotos así ¿verdad? luces apenada.
    Es que me da cosa, que tal que mis padres las ven.
    No te preocupes las tendré ocultas para usarlas cuando quiera. -le guiñé un ojo.

Entonces ella tomó una posición más segura de si misma. Puso una mano en su sintura y saco orgullosamente su pecho, dejando notar lo enorme que era.


Le dije que estaba listo, que podía vestirse. Ella subió su top y se abotonó el short. 

Antes de salir me dijo:

    Disfrútalas, sé que las usaras en cuanto salga de aquí

Volteó a ver mi pene que aun estaba erecto y afuera de mi bermuda, lo sacudió un poquito más y se fue. Yo entonces apague la luz, me recoste y me masturbé viendo las fotos hasta venirme, esa noche saque semen como nunca, me salio demasiado, como no se imaginan.




Para leer el siguiente relato da click aquí




Si tienen preguntas manden un mensaje a mi página de facebook dando click aquí



Les recomiendo que guarden la pagina de mi blog que es: http://www.elcomienzoconmihermana.blogspot.mx/   aquí estaré subiendo más de mis historias con mi hermana.

5 comentarios:

  1. cual es el link de tu primer relato con tu hermna ??

    ResponderBorrar
  2. Donde puedo encontrar el primer relato?

    ResponderBorrar
  3. eso eso si este es el segundo, donde esta el primero

    ResponderBorrar
  4. Sé que han pasado unos añitos ya... pero pasa el primer relato pls! xD

    ResponderBorrar

Me encantaría que dejaras un comentario. Si ya me leíste ahora escríbeme.